La terapia
Ella bajó lentamente la cabeza, estaba notoriamente incómoda, jugaba una y otra vez con los dedos de sus manos, sus ojos vidriosos se perdían en cualquier parte, de seguro quería irse. –Han pasado como veinte años ¿Sabes?– balbuceó con un fino hilo de voz, como si quisiera tragarse las palabras para que éstas no salieran...