Que viene el lobo
-Ay…ay…ay…ay… Los sonidos lastimeros se escuchaban desde la distancia. Incuso en la sala de espera, el lamento era audible cual molesta letanía que no se detiene. -Ay…ay…ay… Y su pauta era siempre la misma: cuatro, tres, dos y silencio. Cuatro, tres, dos y silencio. Un silencio profundo que parecía casi definitivo, pero que tras escasos...