La margarita azul
Dejando atrás decenas de caras sin nombre, miradas fugaces y edificios grises, el pintor frustrado corre con una sonrisa dibujada en el rostro y un papel en la mano. El aire que acaricia el vello olvidado de sus mejillas tiene un insólito tinte terroso, y, aunque ha visto cientos de veces cada portal, cada árbol...