El Viejo Quint
Su barba y su melena expuestas al viento; magnánimo, Quint gritaba en la punta de la proa. —¡Acá estoy puto tiburón! ¡Tengo un arpón esperándote! Brody y yo lo mirábamos atónitos. Ninguno de los dos quería estar en ese viejo barco. —¡Hooper…! —continuó Quint como un desquiciado— ¡Veinte grados a estribor! —estaba exaltadísimo. Agarré al...