Sin rumbo
–Papito ¿Cuándo vamos a llegar? Ya estoy cansada de tanto caminar y me duelen los pies. –¡Me vuelves a repetir lo mismo y te doy una palmada! ¿Acaso no entiendes? –Pero me duelen los pies cuando camino y las tripas también. –Replica la pequeña niñita susurrando en un sollozo. –¿Acaso no entiendes? Pero ya vas...