Octaedro ocre
-Vos, me estás tomando el pelo, loco? -se escuchó aquel domingo navideño antes del primer disparo que nadie vio venir. La señora Reyneaga cruzaba la entrada del octaedro habitacional cuando un nuevo proyectil vaciaba su cabeza. El alcohólico del 304 creyó que el sonido invisible que lo transpasaba era producto del delirium tremen; mientras la...