Y no fue en París
Entraste al pequeño bar antes del aguacero y te ubicaste en un coqueto rincón cerca de la ventana. Te gustó esa vista de la calle antigua, de las casas recién pintadas y las macetas en los balcones. Sentías amor por ese pueblo excéntrico, que ostentaba una tozudez medieval, aún en este siglo. Sabías, desde tu...