Treinta y cinco metros cuadrados sin balcón
Treinta y cinco metros cuadrados sin balcón es el escenario de mi encierro acogedor. Os podría contar que el confinamiento me ahoga, me asfixia, me entristece, me aterra…pero estaría mintiendo. Mi cuerpo puede estar encerrado en este espacio, pero mi alma es libre, salta y brinca por donde quiere. Me siento afortunada de tener comida,...