EL RINCON DE PENSAR
En casa. Obligados a parar, a convivir, a enfrentarnos a nuestros problemas de siempre, a nuestras incoherencias, a nuestros miedos. Sin excusas para huir, para justificar con la actividad frenética la falta de acción en lo importante. Y al silenciar el ruido, ha dado un vuelco nuestro sentido de normalidad. Vemos como la vida sigue...