De trabalenguas y cuarenpenas
—El mundo está confinado, quién lo desconfinará, el mejor desconfinador que lo desconfine, buen desconfinador será. —¿Lo ve, doctora? —añadió mi madre, preocupada—. Yo ya no sé qué hacer con esta niña… Lleva así desde la última vez que salió a comprar el pan, hará ya una semana. La doctora, con las gafas al borde...