Helena en el país de las Aberraciones
Nada que hacer. Excepto comer, rumiar y entrar en bucle. Quiero dormir para no darle vueltas a mis malos pensamientos y con ayuda del Rivotril, lo consigo. Y como en la novela de Lewis Carroll, mi sueño se transforma en una pesadilla. Me caso con mi padre de 86 años y mi familia ve esta boda como...