El mar en mi casa
Abres el cajón de la mesilla y suena un murmullo de nana, un vaivén recogido, mar, mar, mar… una ráfaga de sal y tabaco salpica la superficie calma, como seda desatada. Tus dedos bucean en los rincones atrapando sellos en el horizonte de madera. Y sin previo aviso se desata la tempestad. Tu mano es...