club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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Semillero de historias de cuarentena Plazo de envío de las participaciones (hasta un máximo de 3) hasta el 1 de mayo (hemos ampliado el plazo)
Plazo para puntuar y comentar a los compañeros hasta el 5 de mayo
En una tarde otoñal, Antonio saliò a dar una vuelta por el centro del pueblo. Acababa de llover hacia un par de horas, y el aire fresco espantaba a los escasos transeuntes. Las hojas caidas de los àrboles volaban de aqui para allà, movidas por un viento que empezaba a tomar brios. La imagen de...
Uno de los primeros recuerdos que tengo, es el de mi madre subiendo las escaleras del portal donde vivíamos. Yo esperaba en la puerta de casa, nerviosa, sonriente, y ella subía con una mirada repleta de vida, con su sonrisa, esa sonrisa que es LUZ y que nos ilumina cada día a todos nosotros. Subía...
Dentro del malestar que genera estar en un país sin justicia, sumo el que me genera entrar a mi oficina inmobiliaria. Verla desolada, llena de tierra que se mete como ladrona silenciosa y se posa sin permiso en los escritorios. Un teléfono que no suena y sólo arroja cartas de deuda con avisos de corte...
Senti dolor en mi pecho, esa sensacion que tenia el virus en mi cuerpo, ese sentimiento de culpa por que de seguro he infectado a mi hija de dos años y a mi esposo, noches sin dormir angustia lentamente, resequedad en mi garganta, pidiendole a Dios misericordia por mi familia, al final nunca supe si...
Esa rama que se asomaba a mi ventana me trajo recuerdos, de repente me dí cuenta de cuantas cosas que miraba realmente no las observaba. De repente tenía tiempo y no sabía que hacer con ello. Me encontré queriendo revivir la rutina, de no parar, de seguir planificando cada una de las comidas de acuerdo...
El paisaje fuera de la casa esta encantador. La playa, el mar y el sol en el horizonte. Solo que por desgracia no podia disfrutarlo, encerrado en la pequeña habitacion esperando conseguir un vuelo para volver a su pais. Se le estaba acabando el dinero, y no tenia forma de regresar. Acabaria mendigando en Bali…habia...
Todas las mañanas igual, me despierto y hago café con cereales, me acomodo en el sofá verde pistacho en el lado del salón donde llega La Luz y me tumbo con un libro dejando un hueco entre mis piernas y mi pecho por si Lupe quiere entrar. Y siempre entra, viene después de haber ocupado...
Es más lento, el corazón se toma su tiempo, la mente busca con calma donde fijar la atención. Por fin la casa llena de piano clásico. Se oye grandioso, nadie tiene prisa. Me regodeo en el olor de las pijamas de los niños antes de sumergirlas en el agua. Disfruto su olor y su estancia,...
En mi pueblo no aplaude nadie. Oigo a los sapos croar en el descampado, donde antes aparcaban los coches. Iba a sacar la basura pero me vuelvo cargada porque pasa un chico con un perrito. Después salgo yo, mi perro salta, veo las estrellas y cantan muchísimos grillos. Hace ya tiempo que la plaza del...
El reloj de pared marcaba dos para las doce. Daniel miró con tierna irritación a sus dos nietos que jugaban estridentes en la cortina de plástico del pasillo de la casilla. Habituados a juegos y gritos en las tardes de vereda, ahora corroían la paciencia de sus padres. Levantó el vaso en su mano de arpillera, volviéndose...
—He oído un claxon. —Yo no he oído nada. —¿Cómo que no? Un claxon prolongado, un claxon de impaciencia. La señal clara de un atasco. Los dos zapatos se callaron. No consiguieron oír nada más. Falsa alarma. Se quedaron así, en la oscuridad del armario, deprimidos y silenciosos. Pero Zapato Izquierdo no podía estar callado...
Una puerta se cerró y el espacio interior comenzó a tomar extraña dimensión. Afuera es afuera…adentro, sitio plagado de olores distantes, a los pies del dios «alcohol». Todo es desconfianza e incertidumbre: si hasta nos miramos con pruritos, el otro? alguien que puede ser portador. Las manos padecen una lluvia de espumas jamás vista, desconocemos...
