La paciencia es mi virtud
Custodiado por agentes del CTI, agazapado caminó Bernardo, con la cabeza baja y su expresión de hombre bonachón. «¡¡¡Asesino, asesino!!!», le reprochaba al unísono un tumulto de gente exigiendo justicia… En la fiscalía, impaciente aguardó a Rodríguez, un abogado de renombre muy respetado en la alta sociedad; sus trabajos más destacados: coseguir casa por cárcel...