EL ULTIMO DEL 39
Herbasio tomó la mano de Liberio. La sintió flácida y fría. Lo que lo hizo sentir que su amigo ya estaba por partir de este mundo. El hombre postrado en el camastro sonrió débilmente. ¡Los últimos del 39! – Dijo en un suspiro, luego un fuerte espasmo lo interrumpió. ¡No digas más! – Le suplicó...