Una Paz desmedida.
Miró una por una las estancias de la casa, perfectamente ordenadas, sin una prenda encima de las camas o las sillas, ningún papel, lápiz o libro tirado en el suelo, las camas bien estiradas, todo en su sitio. Suspiró y muy a su pesar echó de menos aquellos días en que a gritos tenía que...