Qué iba a hacer yo en este mundo sin ti.
¡María! estás helada, mujer. Voy a avivar la candela. Anda, llama tú a la Canelilla, que se siente la perrilla en tu regazo para darte calor. Qué lástima no poder verla ahora, moviendo el rabo y mirándome con esos ojillos tristes que tiene. Cada día veo menos. Menos mal que a tientas sé dónde está...