El secreto de Winwood
Todo estaba pasando demasiado rápido, el corazón me iba a mil por hora. No sabía qué era lo que estaba ocurriendo, yo sólo me centraba en seguir corriendo sabiendo que ese era el único modo de seguir con vida. Notaba cada vez más el latido de mi corazón- bum… bum… bum…- iba rápido, muy rápido,...