Caducidad programada
I Durante unos instantes, en medio del silencio y la oscuridad, trató de recordar dónde estaba o al menos qué había sucedido. —Quédate quieta, si te mueves o intentas escapar, te golpearé tan fuerte que no te quedarán huesos sanos —le advirtió una voz que le resultaba familiar. El miedo se apoderó de ella, quería...