Ataraxia
—¡Hijo de puta! ¡Cerdo! ¡Te odio! ¡Capullo! ¡Cabrón! ¡Ojalá te mueras! —Como cada mañana, Paula aprovechaba su tirada de entrenamiento para desahogarse y soltar toda la rabia que tenía dentro. Aún no había roto a sudar cuando llegó a las inmediaciones de la laguna. Esa mañana le había costado levantarse para cumplir con la hora...