Lágrimas de fuego
La mar se mecía intranquila bajo la luna negra. La Arcona se deslizaba por el Estrecho de la Garganta y la tripulación rezaba por la precisión de las cartas de marear y la pericia de la timonel. Muchos eran los que miraban a babor, donde se adivinaban las rocas que podían hacer astillas la galera...