Punto de partida
Salir de la pecera —¿Cómo llegué hasta éste punto? ¿Es normal sentirse tan vacío, aun teniéndolo todo? ¿Qué hago? ¿¡Dios, si estás ahí en algún lugar, escuchándome, dime por favor, qué hago?! —Carlota, se repetía estas preguntas una y otra vez, ese día con mayor insistencia. De pie, en la ducha, las lágrimas se confundían...