En el año de 1900 nace Tárjela, hija de Fernando y Santos, Fernando era hijo del sacerdote párroco del lugar, es madre de Rubia, la madre de Fernando y abuelita de Tárjela, era una doncella muy hermosa, hija de madre ecuatoriana y de padre estadounidense, que llego al País y concretamente a ese lugar en busca de oro, al quedarse algún tiempo en dicho lugar, se interesa de Mónica y como resultado queda una hija, no se sabe si su padre supo o no de su existencia, ya que él se regresó a los EE.UU. de Norteamérica.

Esta niña llamada Rubia, nombre que se debe al color de su cabello, al crecer se convirtió en una adolecente muy atractiva, de tez clara, alta, cabello rubio, silueta muy bien proporcionada y le apodaban la gringa, por la procedencia de su padre y a demás porque tenía todas sus características físicas del mismo.

Se dice que la madre de Rubia llegó y se radicalizo en dicho lugar huyendo y temiendo por su vida ya que sus dos hermanos fueron apresados e incinerados en lo que hoy es el Parque Calderón de nuestra Ciudad de Cuenca- Ecuador, ya que los asociaban con los supuestos agitadores sociales en la época Colonial.

Rubia abuela de Tárjela, fue invitada a formar parte del convento, de la casa parroquial, lugar en el que pasaban mujeres entre 14 y 18 de edad, las mismas que tenían el nombre de hijas de María. Estas Señoritas eran seleccionadas y recibían cierta preparación dentro del campo religioso, participaban de la misa, con cantos, eran las que arreglaban la iglesia antes y después de la celebración de la eucaristía. Y la mayor parte del tiempo es dedicada al aprendizaje de labores de la casa, ellas eran expertas en servir mesas, para las diferentes ocasiones o actos, religiosos o sociales.

Los conventos parroquiales eran la casa en la cual pasaba el sacerdote y en algunos casos familiares de del cura. La cocinera y en algunos casos los familiares del sacerdote eran las personas encargadas de enseñar a las hijas de María, a cocinar, planchar, y todo lo relacionado con cafetería, restaurant, para la hijas de María era fácil conseguir trabajo en restaurant y cafeterías, ya que estuvieron preparadas en estas labores.

Las hijas de María, eran doncellas y algunas vivan en el convento otras llegaban en la mañana y se retiraban a la casa de sus padres en la tarde, era una distinción ser hija de María, primero por lo que aprendían y luego por haber tenido el honor de pasar bajo un teche sagrado como se consideraba el convento, por estas razones siempre habían de 4 a 6 hijas de María en el mismo lugar.

La Abuela de Tárjela es hija de María, al ser una persona muy atractiva y tener 17 años de edad el sacerdote, se apasiona por ella y en consecuencia nace Fernando, quién recibe educación en el colegio de la Comunidad Religiosa de los Jesuitas, concluye los estudios, obtiene el nombramiento de profesor primario y se traslada a prestar sus servicios profesionales a un lugar lejano del centro de la ciudad de cuenca, en este lugar conoce a una indígena, llamada Santos ella tenía 16 años de edad. y siempre presumía de su matrimonio y manifestaba que la mujer debe casarse muy joven es decir entre 14 y 17 años edad, para ella una mujer soltera de unos 20 años es una, viejas hedionda, añejas como las raposas (raposa se dice del lobo del páramo).

El Profesor Fernando se casa con Santos, formando un hogar del cual nacen Manuel, Alfonso, Eliseo, María, Exequiel, Tárjela, Adela. Cuatro hijos y tres hijas.

Tárjela, es la sexta en su orden descendente de nacimiento, una niña muy inteligente, desde sus primeros años de vida se pudo ver su estatura pequeña, pero de un carácter, fuerte, muy decidida en sus actos y firme en sus decisiones, he inclinaciones en los juegos son diferentes a las otras niñas, inclusive a sus hermanas, las demás niñas jugaban con muñecas, a la comidita, a la mamá. Tárjela jugaba, a ser la profesora, también se bestia de médico.

El entretenimiento del que disfrutaba Tárjela era recoger astillas, hojas, apenas tenía 4 años y la mayor parte del tiempo pasa en la iglesia, ayudando a los ebanistas y especialmente al sacerdote, a recoger los desperdicios de la madera que salía del tallado de los cuadros del altar mayor, del pulpito y de los tallados en general que se preparaba para arreglar y adornar la iglesia.

Tárjela, era una niña muy curiosa, siempre estuvo observando a los que trabajaban en la iglesia, miraba que le ponían candelas a unas cosas largas, y luego se colocaban en la boca, y cada cierto tiempo, expulsaban chavan bocaradas de humo, ella pregunto al sacerdote ¿padre por qué tienen candela muy cerca de la boca esos señores?, el padre respondió, hija esas cosas largas como tú, dices se llaman cigarrillos y es un vicio que las personas aprenden, algunos dicen que al fumar les pasa el frío, que les quita el hambre, que les sirve para controlar los nervios.

Tárjela inquita pregunta al padre ¿Reverendo padrecito, si mi mamá no me da de comer, tengo miedo o frio, puedo fumar un cigarrillo?, el sacerdote preocupado responde, ¿no hija te dije es un vicio, de persona viejas y con malos abetos, tienen que dejar de fumar para llegar al reino de Dios y si no dejan de fumar seguro se quemaran en el infierno?, la niña savia que al irse al infierno, se quemaría de forma indefinida y seria torturada por criatura malas.(diablos) Tárjela tenía miedo al infierno.

Pasaron pocos días y ella les be fumando a los ebanistas que trabajaban en la iglesia y les dice que ya dejen de fumar porque se van al infierno, estos hombres se ríen y le contestan lo siguiente ¿Enana nadie se va al infierno por fumar inocentes cigarrillos?, la niña se quedó confundida y cuando llega a la casa, luego de saludar a su padre, le pregunta, ¿ papá que tienen que hacer las personas para irse al infierno a quemarse?, el papá contestas ¿Tárjela porque me haces esa pregunta? papá los que trabajan en la iglesia fuman cigarrillos todos los días ¿ellos se van a quemar en él infierno?, el papá con una gran sonrisa, responde a la niña, hija, yo creo que es un pecado muy pequeño y sería mucho castigo el infierno.

Al siguiente día la niña pregunto al sacerdote, porque se condenan los que fuman cigarrillos, el mismo que riéndose y con voz muy dulce le dice hija es una forma de decir, es malo para la salud el cigarrillo y era una broma para que tú no aprendas a fumar.

Para Tárjela estuvo claro que las personas no iban al infierno solo por fumar cigarrillos, que Dios perdonaba ese mal vicio. Tárjela, seguía concurriendo a la Iglesia y empezó a recoger las colillas de los cigarrillos y prender, a veces le regalaban cigarrillos enteros y ella se escondía y fumaba, un día el sacerdote le encuentra fumando, el curita se quedó preocupado y se puso a pensar ¿Cómo hacer para que la niña deje de fumar?

Luego de unos días el sacerdote ofrece un cigarrillo a su amiga Tárjela y como todo caballero, le da encendiendo y luego enciende el suyo, empezaron a fumar, pero antes de consumirse una tercera parte del cigarrillo de Tárjela, este hace una gran llama, que casi mata a la pequeña del susto, al sentir el fuego en su cara, suelta el cigarrillo de inmediato y llorando del susto ,se abraza en el padre Juan quién, explica a su pequeña feligrés, que no es bueno fumar por las razones que ya lo dicho hace tiempo, seguro era Dios que provocó esa candela en el cigarrillo, para avisarle que ella se enferme, ya que es malo para su salud y para las personas que lo rodean el humo del cigarrillo.

Esta pequeña feligrés, se quedó muy agradecida con Dios, que se preocupaba por ella, pasaron los años y su padre preocupado por la educación de la niña decide, enviarle al internado del colegio de la comunidad religiosa Salesiana, para sus estudios de la preparatoria., pasa algún tiempo en este colegio, su padre pagas las pensiones y todas las obligaciones económicas como todos los demás padres de familia de esta colegiatura.

Tárjela, cuenta que las monjitas le daban un trato diferentes que a las otras niñas internas, a Tárjela le mandaban a limpiar lavar y otros mandados, en horas de clase y asistía a clases menos del 50/100, esto empezó a incomodar a Tárjela y cuenta lo siguiente. “Yo tenía muy buena memoria y aprendía rápido todo lo que me enseñaban, era basta una vez que me enseñen o me digan, en cambio había una, muchacha para tonta que por más las profesoras le indicaban no entendía, no sabía las cuatro operaciones matemáticas, no podía escribir ni leer, además era gaga” (se dice de las personas que no pueden articular bien las palabras).

Cuenta Tárjela que se agravó la situación un día, que tuvieron caligrafía, ella se encontraba en su mesa muy juiciosa realizando su tarea. Paula la niña que siempre se burlaba del peinado de Tárjela y cada que podía le decía dingue dingue el diablo con tres cachos, esta burla constante le tenía cansada a Tárjela y las monjas, no hacían nada para controlar esta indisciplina. Este día al pasar por la mesa de Tárjela la niña Paula y con intención vira el tintero en el cuaderno de Tárjela, la misma que responde lanzándole una bofetada, a Paula, luego del incidente, le impone la monjita el castigo a Tárjela de pedir de rodillas perdón a Pula y besarle los pies.

Son llamados los padres de familia y también tiene que pedir perdón el padre de Tárjela al padre de Paula por la agresión de su hija, además le permiten seguir en esta comunidad educativa con la condición que a la mínima falta será expulsada del colegio Tárjela, ante esta situación le dice a su padre, que no quiere seguir estudiando y le cuenta a su papá, ciertas cosas reñidas con la moral que se dan dentro, del convento que las practican algunas monjas, Fernando termina por aceptar que su hija se retire del colegio.

El papá de Tárjela, se enferma y el padre Juán se entera y viene a visitar a su amigo Fernando, mientas toman té conversan y se acuerdan de la niñez de Tárjela y de sus travesuras, el sacerdote cuenta que él tuvo que acudir a una mentira y dice te acuerdas Tárjela que casi te quemas cuando fumabas un cigarrillo y yo te dije, es Dios que provoco esa llama para que tú no te enfermes por fumar. Tárjela contesta claro que me acuerdo padre, nunca he fumado desde aquella ocasión, es más tengo miedo de ver a la gente con candela en la boca, el padre Juán: “Hay hija, yo quería que no sigas fumando era la segunde vez que te vía fumando un cigarrillo, por lo tanto se me ocurrió poner una pisca de pólvora de escopeta para que provocara una llama y te asustaras”.

Él padre Juanito “Tárjela que dijo la Santos cuando tú le diste lo que yo te dije que le digas cuando ella este impaciente contigo (si, si como no hocico de mono viejo)” Tárjela “padre por decir esas cosas recibí dos latigazos”.

Desde entonces Tárjela, se ocupa de atender a su padre, que cada vez se ponía más delicado de salud, al punto que se quedó completamente siego y tenía mucha dificultad para ponerse de pie, Fernando y Tárjela vivían en la ciudad en una casa que compro Fernando con ayuda de su padre cura, quién para entonces ya había fallecido.

Santos esposa de Fernando y madre de Tárjela, se quedó viviendo en otra casa en el sector rural, Santos no se enseñaba en la ciudad y decía, ser el peor castigo ver, ríos de gente todos los días y todo el día, las hermanas y hermanos de Tárjela también se quedaron con su mamá, venían a la ciudad de visita a su padre, mientras atiende a su padre a Tárjela le aparecen algunos pretendientes, pero uno de ellos es insistente, se trata de un hombre ya de edad y viudo, el mismo que tiene dos hijas y un hijo, de su matrimonio que enviudo. Las hijas se hacen muy amigas de Tárjela, se reúnen para cocinar, jugar, es decir se llevan de maravilla, las jóvenes apoyan a su padre que se case con Tárjela.

Este pretendiente se llama Fidel, y muy enamorado de Tárjela, le pide permiso a Fernando para frecuentar a su hija y manifiesta su intención de formar un hogar con ella y en caso que ella acepte, cuidarían a Fernando todos, es decir Tárjela más Fidel, sus hijas las mismas que eran muy amigas de Fernando y todos los días venían a casa a buscar a su amiga Tárjela.

Fernando un hombre muy prudente y respetuoso a su hija, responde a Fidel, lo siguiente: “yo voy a conversar con mi hija de sus intenciones y respetare lo que diga Tárjela y le agradezco el respeto que tiene por mi hija y por mí y en general por mi familia”.



SINOPSIS.

Esta historia comienza en la época Colonial, en América del Sur, Cuenca – Ecuador, se inicia con dos hermano y una hermana que llegan, procedentes de España a estas tierras colonizadas por España.

Como es normal y común la diferencia de criterios, estas personas no estuvieron de acuerdo, con la forma de gobernar de los representantes de la corona española, razón por la cual se unen al grupo de quienes estuvieron en descontento con las leyes que se administraba en estas tierras.

Estos señores son ajusticiados por las leyes vigentes de esa época, su hermana huye, escondiéndose, luego tiene descendencia y nace Tárjela siendo la tercera generación de Mónica, que llego junto a sus dos hermanos procedentes de España.

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