Baila conmigo hasta que uno de los dos muera
CAPÍTULO 1 No me sentía nada bien esa noche de viernes. Quería empinarme la botella de tequila que había en la minicantina de mi sala, mientras escuchaba vez tras vez Dance me to the end of love, de Leonard Cohen, cuando el zumbido característico del Messenger, me sacó de golpe de mi mal de amores...