Estuve soñando, soñando despierto
Tengo que confesar que me habría gustado hacerle una lobotomía y ver qué tenía en la cabeza. Habría sido maravilloso poder estirarle los meandros de los sesos, como una cinta fílmica, ver cuadro a cuadro el crecimiento de esta Babel de historias y luego empezar mi crónica diciendo: “Esta es la verdadera y triste historia...