La Fábula del Mundo
Apertura . Allegrissimo: Sangre Hasta en las cortinas había manchas. La sangre, de un carmesí tan puro que no admitía especulaciones, parecía haber alcanzado cada rincón de la estancia; estaba presente tanto en el sofá (los surcos de una una mano que se había intentado sujetar, resbalando), como en la carísima alfombra de Tabriz —orgullo...