Carta de un pobre desgraciado
Estaba tan cansado, hambriento y adolorido pero ni siquiera estaba cerca de mi objetivo, debía continuar porque ya no había vuelta atrás y hago tanto solo para no seguir viviendo como un perro en mi país y luego de afrontar este enorme y peligroso camino tendré que soportar un enemigo igual de destructivo que es la xenofobia que me atacara...