El Protector
Ella tenía cuatro, él tenía cinco, el protector tenía ocho. Los dos pequeñitos llegaban temprano, tomados de la mano, enfundados en sus uniformes azules, se plantaban frente a la puerta. Al rato su protector salía, con el uniforme un poco arrugado y su único cuaderno en el bolsillo trasero del pantalón, cruzaban algunos tramos enmontados...