Fue ese sábado
Nora miró de nuevo el árbol. Hastiaba ver siempre, durante tantos años, su mismo ciclo predecible, sus mismas hojas, su misma sombra. Ni ella sabía de cuando estaba allí. Ella, el árbol, la calle, el puesto de fruta al fin de la acera, el perro negro de los vecinos, la farolas, todo parecía desafiar el...