Cuando estoy en la calle, generalmente siento un desahucio, es como un salto al vacío, a lo desconocido, a la soledad. Y sí, es muy posible que en algún recóndido lugar de mi mente, aun guarde aquel el recuerdo amargo, de una noche helada y ventosa de invierno, donde con tan solo diez años me encontré en la calle. Sin nada. Sin nadie. Solo el frío, la obscuridad y yo. Luego vino todo lo demás….

La gente no es buena con los niños que alguien abandona. Que alguien olvida .Que alguien tira. Se asombran?, no lo hagan.

Una niña de diez años en la calle,abandonada, olvidada,tirada es una escuálida carnada para el depredador..

La calle es risas, conversaciones,multiculturalidad, y es hola y chau. Y es, no me olvides. y es color, olor y barro y tantas cosas mas, tantas que solo puedo decir lo que no es: estática.

La calle trajo a mi vida una hipoteca disfrazada de salvación , el matrimonio, que acabo de terminar de pagar. y hoy por fin la calle, en mi, es fiesta,es libertad, es alegría.

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