El viaje de Van Gogh.
«No tengo nada por lo que disculparme», la voz se ahogaba en su propio eco, quedando en segundo plano, mientras Runaway de AURORA pintaba los auriculares de Agara.Los árboles parecían tachones verdes, borrosos errores que el mundo había cometido y pretendía ocultar tras la velocidad del tren.«No tengo nada por lo que disculparme», todo consistía...