El niño
Octavio mira sus pies descalzos hundiéndose en el fango con cada pisada, lleva las botas al cuello para no llenarse de ampollas. Lloverá pronto y aquél camino lleno de alambradas y de pájaros se convertirá en un río impenetrable impidiendo que llegue a su destino. Le han pagado bien por llevar el niño hasta la...