Once años y sin comulgar
Un coscorrón de mi madre hizo que mis gafas rosas de pasta se cayeran al suelo, sacándome así de la ensoñación en la que me imaginaba jugando con mi Nancy nueva “¡qué estarás tramando! ¿No te he dicho que no peques?” Debía de llevar sentada frente al televisor apagado del salón más de una hora....