Callado y lento
De mi papá nunca quise saber nada. Cuando se fue y nos dejó solos me limité a olvidarlo, o a odiarlo si lo recordaba. De mi abuelo, en cambio, siempre quise saber más. Él era un hombre callado, inútil al momento de contar historias. Cuando empezaba una anécdota mis tíos lo interrumpían y, desesperados, apuraban...