PASTORA
-Anoche volví a soñar contigo, mi niña- Musitó Pastora a Blanca, que estaba tumbada junto a ella. Ahora siento frío. La humedad me corroe el espinazo. Mis ojos están huecos. Mis pulmones son ya virutas y no puedo respirar. -No me lo tengas en cuenta, hija- Se disculpó. -Soñar es lo único que me queda-...