Un libro para mi padre.
Cuando eres niño no comprendes que eres pobre, sólo lo sientes. Yo sentía el frío en mis pies en invierno, y la humedad cuando llovía, porque las suelas de mis botas estaban gastadas y aunque mi hermano y yo metíamos papeles dentro, por el camino se iban empapando hasta convertirse en una pasta mojada y...