El día más triste…
A mi padre Hay una gota que cae incesante e insistentemente sobre la barandilla. Hace días que no para de llover. Llueve afuera, llueve adentro. Y ahí está ese maldito calendario, alumbrando y abortando los días inexorablemente, recordándome aquél veintiuno de noviembre, hace veinticinco años, ayer. Sí. Hace hoy exactamente veinticinco años que sucedió. Y...