La señora de Las Barajas
Mi abrigo llega hasta el piso, hace frío. Incluso ha comenzado a caer una lluvia helada que vuelve el día gris oscuro. Los coches no tienen prisa, se aglomeran en la angosta callecita de los esotéricos, formando una cortina de humo. Camino de prisa, quiero llegar a la oficina, ahí por lo menos tendré un...