Un viaje de cincuenta años
Siete de la mañana, instalado en el hotel, buen baño y a descansar. ¿Descansar?palabra prohibida, las pocas horas de estadía, no alcanzaban para verlo todo. Me senté en el banco de la plaza; edificios altos ocupan el lugar de las viejas casas y del cine, el de los martes tres por un peso. –¿Recordando viejos...