La Falda Bajo el Agua
La secundaria ya había quedado atrás. Éramos dos amigos de toda la vida experimentando la facultad, pero aún poseídos por ese espíritu rebelde y autodestructivo tan ridículo que caracteriza a los veinteañeros. Habíamos pasado muchas cosas juntos, excepto una: nunca habíamos compartido un viaje. “Listo, en el verano nos vamos y la rompemos”, era la...