Pues sí, papá. Eras tú.
Pues sí, papá. Eras tú. Allí estabas. A la vuelta de tu casa. Caminando por la acera. Esa acera que, en los sesenta, construyó por fin el ayuntamiento después de pasar vuestros primeros años rodeados de barro en vuestras nuevas casas. Junto a ti, el seto, los setos, esos setos, tan descuidados ahora, tan desemparejados,...