El problema de la cosa
La amplia frente del hombrecito comenzó a brillar de sudor fino. Lo vi al acercarme al mostrador. Era esmirriado, de lentes; llevaba una camisa a cuadros, un jean sujeto con un ancho cinturón de cuero y mocasines. La cara del vendedor parecía anunciar que en cualquier momento le lanzaba un puñetazo. Mi turno era el...