Puro cuento
-¿Profesor Ignacio?-. -¡Así es! ¡vaya, muchacho!Cómo has crecido-.-Tome asiento-Que no te impacienten mis arrugas y estas manchas hepáticas que parecieran calcinar mi espíritu.Sigo vigoroso como un roble-.Dijo inflando el pecho y azotando el puño contra él.-Eso puedo notarlo,disculpe la cortesía si es que le incomodó-.-¡Bah!Tonterías,no pasa nada. Sólo estaba jugando contigo-.-Cuénteme,profesor¿sigue dando clases en aquella...