Cuatro paredes
Contemplaba impertérrito el exterior a través de la ventana de su habitación, algo que realizaba con frecuencia metódica. Las cortinas eran de un blanco níveo. Cualquiera que le observara en esos ratos de trance podría pensar que era un maniquí o bien un obseso perturbado. Tras acabar la carrera de informática y gracias a un...