El beodo y la viuda
Jorge acostumbraba sentarse en la plaza y despotricar contra el mundo, empinándose una botella de vino barato cada tanto. Otrora, tuvo un gusto fino para los tragos, hasta que empezó a priorizar la cantidad antes que la calidad. Desde su banca, disparaba discursos a un público tan borracho como él. Al decir «su banca» hago...