La Piel Estoica
Despliego la sábana en el suelo. Agarro las piezas sueltas y monto el rifle en unos escasos minutos. El objetivo aún no puede saber que es un objetivo, así que me tumbo y apunto sin prisa. Cuando aparece en mi mirilla apunto a su rodilla y tiro con el dedo. Silencio, pero la bala surca...