Escalofriante sensación de un viaje profundo.
¡Aterrada! ¡Que estoy aterrada! ¡Imponente, grité mirando al cielo! La piel en un brazo desgarrada, la sangre que goteaba constante sobre la arena y el mar se la llevaba una y otra vez cuando se aparecía en cada ola. Aún así mi brazo se elevaba hacia lo alto de ese cielo infinito interminable, a no...