El comienzo de una aventura
Aún recuerdo aquella mañana húmeda y fría de febrero. Me levanté más temprano que de costumbre, pues tenía que ultimar los preparativos para la llegada de mi novio. Llevábamos saliendo oficialmente desde Navidades cuando regresé a Madrid. Un año antes nos habían presentado unos amigos de la universidad y el pasado verano habíamos estado quedando...