Trabaja, negra, trabaja
“Este zapato se va pal carajo. Este otro a la cochinchina”, dice con voz amarga Carmela, la mesera del turno de cinco de la tarde a doce media noche de la chicharronera Tucutú. Se lanza como un Apolo al sofá curtido por el sudor del cansancio del tercer trabajo. Tac, tac, tac, rechina el mueble...