¡Te siento aquí!
Cuantas veces me lo decías: “¡Hija, no seas así, que cuando yo no este te vas acordar! ¡Anda, dejalo, que nos estamos disgustando!”. Cada riña, cada discusión que teníamos, siempre me lo repetías una y otra vez, y yo pensaba, “ya estamos con el chantaje emocional, pues si se cree que se me va pasar….”...