Bajando la cuesta Hijosa.
Nadie discutía que él era el más rápido. Aunque no le importaba ganar la apuesta con la que había retado a sus amigos pedaleaba con fuerza. Con la ventaja que sacaría en los quince kilómetros que había desde su pueblo tendría más tiempo para recorrer el mercado de los domingos. Charlaría con los ganaderos, compararía...