El semáforo
Paramos el coche en un semáforo y vimos cómo se acercaba un señor muy mayor, sucio y harapiento, desdentado y con la mirada encorvada, podría decirse que algo ébrio. Al ver mi ventanilla bajada me sentí atrapado puesto que en el fondo soy un miserable y nunca doy limosna, repitiéndome mi sempiterna excusa de que...